
Neblina
Esta mañana desperté como cada día, como cada amanecer
Me dormí temprano producto de la lucha incansable
Con mis cabros en el colegio… con mis alumnos…
Amanezco con la mujer que me ha elevado a las alturas,
Despierto entre los brazos de la mujer que amo…
Es intenso el frío en las mañanas, donde esta neblina lo cubre todo…
Donde no deja ver lo que viene hacia delante,
Sin embargo no me dificulta el camino… porque me hago parte de ella…
Me vuelvo gélido aire… me vuelvo partículas… soy solo neblina…
Me aparto de ti como cada mañana y vuelvo a ti sin dudarlo por la tarde…
A pesar de las lágrimas, a pesar de las diferencias… vuelvo a ti…
Vuelvo porque fuiste quien me mostró el camino que hoy llevo…
Que me hizo volver a lo primitivo de mí ser… que me hizo reaccionar…
Es extraño como cambia mi tez, antes rígida y oscura…
Es difícil a ratos no errar en este andar… tal vez sea esta inexperiencia,
Tal vez es solo este enredo de ideas en mi cabeza que algún día estallara…
Más no me desespero, porque después del trabajo llego a casa
Y todo vuelve a la normalidad… todo vuelve a su lugar…
Vuelvo a convertirme en neblina, esta vez nocturna y más piadosa,
Y te tomo de sorpresa por la espalda… un beso tibio en tu cuello,
Así de pronto, me hace aparecer… entre tus colores de mujer exacta…
En tus aires de espacios y silencios… en tus pausas definidas… medidas…
En la perfección de tu léxico inquietante… en tus besos de furtiva amante…
Nos tomamos de la mano y caminamos hacia el bosque…
En este beso nos vamos fundiendo en la neblina valdiviana…
Vagamos entre los árboles desnudos… el uno al lado del otro…
Como un pacto silencioso… como lo que esta y no se dice…
Como lo que somos… un par de locos cubiertos de agua y lodo,
Dos destellos de óleo en este lienzo impalpable… inmaterial…
Donde vivimos día a día… amados… seguros… fuertes… y felices…
Esta mañana desperté como cada día, como cada amanecer
Me dormí temprano producto de la lucha incansable
Con mis cabros en el colegio… con mis alumnos…
Amanezco con la mujer que me ha elevado a las alturas,
Despierto entre los brazos de la mujer que amo…
Es intenso el frío en las mañanas, donde esta neblina lo cubre todo…
Donde no deja ver lo que viene hacia delante,
Sin embargo no me dificulta el camino… porque me hago parte de ella…
Me vuelvo gélido aire… me vuelvo partículas… soy solo neblina…
Me aparto de ti como cada mañana y vuelvo a ti sin dudarlo por la tarde…
A pesar de las lágrimas, a pesar de las diferencias… vuelvo a ti…
Vuelvo porque fuiste quien me mostró el camino que hoy llevo…
Que me hizo volver a lo primitivo de mí ser… que me hizo reaccionar…
Es extraño como cambia mi tez, antes rígida y oscura…
Es difícil a ratos no errar en este andar… tal vez sea esta inexperiencia,
Tal vez es solo este enredo de ideas en mi cabeza que algún día estallara…
Más no me desespero, porque después del trabajo llego a casa
Y todo vuelve a la normalidad… todo vuelve a su lugar…
Vuelvo a convertirme en neblina, esta vez nocturna y más piadosa,
Y te tomo de sorpresa por la espalda… un beso tibio en tu cuello,
Así de pronto, me hace aparecer… entre tus colores de mujer exacta…
En tus aires de espacios y silencios… en tus pausas definidas… medidas…
En la perfección de tu léxico inquietante… en tus besos de furtiva amante…
Nos tomamos de la mano y caminamos hacia el bosque…
En este beso nos vamos fundiendo en la neblina valdiviana…
Vagamos entre los árboles desnudos… el uno al lado del otro…
Como un pacto silencioso… como lo que esta y no se dice…
Como lo que somos… un par de locos cubiertos de agua y lodo,
Dos destellos de óleo en este lienzo impalpable… inmaterial…
Donde vivimos día a día… amados… seguros… fuertes… y felices…