
Nostalgia
Cinco días sin ver la luz de tu tierna mirada,
Cinco días sin sentir la tibia paz de tu ser
Cinco días sin comer de la miel curativa de tu boca…
Una eternidad extrañándote en este vagón iracundo del metro,
Y tu allá tan lejos en aquella selva valdiviana… pura y limpia…
En mi mp3 suenan tus melodías…
En mi memoria tu silueta baila otra vez…
Te busco en los rostros de estas mujeres a mí alrededor…
Y es inútil todo intento… no estas y putamadre que dueles…
Cala hondo lo vivido, lo sentido… lo entregado…
El reflejo de mi cara en este espejo me lo dice todo… debo partir…
Debo ir hacia ti… camino por estas lozas santiaguinas…
Frías y modernas… se extrañan las caminatas bajo la lluvia,
Los zapatos llenos de barro… muertos de la risa, por cierto,
Como dos niños en primavera… amor de locos dirían otros…
Camino bajo el haz de luz de esta calle,
Los postes desolados me señalan el camino a casa…
Camino por lo oscuro de esta calle,
Con mi chaqueta de cuero setentera comprada en calle Bandera...
Y el frío de la noche me atropella…
Congelando la memoria y el recuerdo…
Me lleva, así de pronto, a un abstracto ayer…
Árboles gigantes, flores multicolores… lobos marinos, arañas…
Todo estaba allí… hasta los perros de los cuales arrancábamos…
Abrazados nos quedamos un momento… un instante nada mas…
Me voy a tu lugar… parto como sea adonde tu estas…
Es de noche y me vuelvo a parar… cierro mis ojos otra vez…
Y tu risa eterna no para de sonar… tu amor infinito quiero alcanzar…
Entre aquellas rosas nubes de aquellos horizontes…
Y el azul sereno… marino… de tus ocasos…
Cinco días sin ver la luz de tu tierna mirada,
Cinco días sin sentir la tibia paz de tu ser
Cinco días sin comer de la miel curativa de tu boca…
Una eternidad extrañándote en este vagón iracundo del metro,
Y tu allá tan lejos en aquella selva valdiviana… pura y limpia…
En mi mp3 suenan tus melodías…
En mi memoria tu silueta baila otra vez…
Te busco en los rostros de estas mujeres a mí alrededor…
Y es inútil todo intento… no estas y putamadre que dueles…
Cala hondo lo vivido, lo sentido… lo entregado…
El reflejo de mi cara en este espejo me lo dice todo… debo partir…
Debo ir hacia ti… camino por estas lozas santiaguinas…
Frías y modernas… se extrañan las caminatas bajo la lluvia,
Los zapatos llenos de barro… muertos de la risa, por cierto,
Como dos niños en primavera… amor de locos dirían otros…
Camino bajo el haz de luz de esta calle,
Los postes desolados me señalan el camino a casa…
Camino por lo oscuro de esta calle,
Con mi chaqueta de cuero setentera comprada en calle Bandera...
Y el frío de la noche me atropella…
Congelando la memoria y el recuerdo…
Me lleva, así de pronto, a un abstracto ayer…
Árboles gigantes, flores multicolores… lobos marinos, arañas…
Todo estaba allí… hasta los perros de los cuales arrancábamos…
Abrazados nos quedamos un momento… un instante nada mas…
Me voy a tu lugar… parto como sea adonde tu estas…
Es de noche y me vuelvo a parar… cierro mis ojos otra vez…
Y tu risa eterna no para de sonar… tu amor infinito quiero alcanzar…
Entre aquellas rosas nubes de aquellos horizontes…
Y el azul sereno… marino… de tus ocasos…